domingo, 28 de abril de 2013

¿Problema de la mujer o de la sociedad?


Los revolucionarios defendemos que el aborto es un problema de clase y no solamente un problema de mujeres. Hay que ver el problema de la contracepción y el aborto como una cuestión de base material. Si el capitalismo necesita la familia como forma de reproducción gratuita de la clase trabajadora deberá tener control sobre ella. Y sobre todo, sobre la mujer en quien recae el peso de esa reproducción. El cuerpo de la mujer cumple así un papel fundamental para el sistema. La decisión de tener hijos o no siempre dependerá de otros factores; condiciones económicas, accesibilidad del aborto, guarderías públicas y gratuitas: todas las facilidades que el sistema puede otorgarnos, o no, dependiendo de la situación en que se encuentre.

Aunque podemos decir que las mujeres de todas las clases sociales sufren la opresión, no la sufren de igual forma. Con respecto al tema del aborto, las mujeres que más lo necesitan son las jóvenes y sin recursos que siempre encuentran problemas para conseguir abortar. Las mujeres de las clases privilegiadas - sea el aborto legal o ilegal - siempre pueden viajar o pagar una clínica privada para conseguir abortar.

Naturalmente a los estados no les basta con dictar una serie de leyes, sino que además necesitan una ideología (reforzada por la iglesia, los medios de comunicación etc.) para que las mujeres, sobre todo de la clase trabajadora, vean el tema como una cuestión moral y no de derechos.

Pero no se trata de un problema "moral". No es casualidad que los grupos antiabortistas sean casi siempre de ideología derechista. La hipocresía de su argumento se pone en evidencia cuando pensamos que siempre están dispuestos a "proteger las vidas inocentes" mientras nunca les oímos atacar la pena de muerte, ni luchar por los derechos de los pobres. Es más, se olvidan de esas "vidas inocentes" en cuanto nacen. Por otra parte siempre se muestran en contra de la educación sexual en las escuelas, el uso de anticonceptivos etc. En EEUU, en los años 80, la "nueva derecha" tenía en su programa: oposición al aborto, apoyo a las armas nucleares, pena de muerte, y recortes de gastos públicos para los pobres.


Un ejemplo de esa doble moral y ese doble rasero para defender el derecho a la vida lo tenemos en los movimientos antiabortistas de Estados Unidos y Reino Unido, donde, no solo no les basta con formar piquetes fuera de las clínicas en las que se practican abortos para amenazar e intimidar a las mujeres que intentan entrar, sino que por si esto ya de por sí no fuera suficiente, hace pocos años uno de los suyos mató a un médico en Estados Unidos que practicaba abortos.

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